La temporada navideña de este año estuvo marcada por un fuerte impacto económico para los capitalinos, luego de que la Ciudad de México se colocara como una de las zonas con mayor incremento inflacionario del país, lo que elevó de manera significativa el costo de alimentos, transporte y servicios básicos.
Durante diciembre, productos esenciales de la canasta alimentaria registraron aumentos notables, afectando directamente la preparación de las tradicionales cenas de Navidad y Año Nuevo. Algunos insumos, como verduras y chiles, reportaron alzas aceleradas en pocas semanas, mientras que carnes, aves y artículos de consumo cotidiano alcanzaron precios históricamente altos.
De acuerdo con estimaciones del sector comercial, el gasto promedio para una cena navideña superó con facilidad los seis mil pesos, un monto que obligó a muchas familias a reducir porciones, sustituir ingredientes o cancelar reuniones. Comer fuera de casa tampoco fue una alternativa accesible, debido al incremento en menús y servicios durante la temporada.
El encarecimiento no se limitó a los alimentos. El transporte público y algunos servicios urbanos también presentaron ajustes al alza, lo que incrementó la presión sobre los ingresos familiares, especialmente en los hogares que dependen de salarios fijos o empleos informales.
Especialistas advierten que este escenario podría prolongarse hacia los primeros meses del próximo año, agravando la llamada “cuesta de enero”, periodo en el que los gastos acumulados de fin de año se combinan con un menor flujo de ingresos.
Mientras tanto, consumidores capitalinos señalan que la inflación ha modificado hábitos de compra y consumo, priorizando productos básicos y dejando de lado gastos considerados no esenciales, en un esfuerzo por mantener la estabilidad económica en medio de un entorno de precios elevados.
