La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, junto a la presidenta Claudia Sheinbaum inauguraron el programa Abogadas de las Mujeres.
Con este programa, la mandataria capitalina se compromete a impulsar acciones estructurales contra la violencia de género, mediante políticas públicas que aseguren a las mujeres ser libres de violencia.
Es también una respuesta a demandas históricas del movimiento feminista y al contexto de violencia sistémica que se enfrenta en el país.
Brugada celebró la estrategia nacional como un avance clave en la defensa jurídica, pero también advirtió que se requiere una transformación profunda de las condiciones sociales que perpetúan la impunidad.
“Construir el segundo piso de la transformación con las mujeres significa fortalecer y ampliar políticas públicas”, afirmó.
De acuerdo con Brugada su gobierno impulsará acciones concretas para garantizar el acceso a la justicia, la seguridad y el acompañamiento digno para las mujeres capitalinas. Entre las medidas destacadas:
- La creación de una Defensoría Social y Jurídica de las Mujeres, con personal especializado para atender casos de violencia de género.
- El programa Siemprevivas, que contempla la apertura de 100 casas de atención integral para víctimas.
- La construcción de mil kilómetros de Caminos de Mujeres Libres y Seguras, una red urbana diseñada para proteger la movilidad cotidiana de las mujeres.
Las propuestas buscan romper con décadas de negligencia institucional y responder a una realidad en la que la violencia contra las mujeres no solo es cotidiana, sino también estructural.
La mandataria capitalina subrayó que el programa Abogadas de las Mujeres permitirá que ninguna mujer quede desprotegida por falta de recursos legales, y que todo acto de violencia de género se investigue y sancione, sin impunidad.
“Hoy refrendamos el compromiso de construir un país donde ninguna mujer se quede sin denunciar ni continuar sus procesos por carecer de apoyo jurídico”, concluyó.
Con estas acciones, el nuevo gobierno de la ciudad busca responder no solo con voluntad política, sino con estructuras permanentes de atención, frente a una de las violencias más arraigadas y normalizadas en la vida pública mexicana.