El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que su sexenio es el más violento en la historia reciente del país.
El mandatario federal dio su tradicional mañanera desde las instalaciones de la Primera Región Naval, en Ciudad Madero, Tamaulipas, desde donde justificó que las altas cifras de homicidios que presenta su gobierno son consecuencia de la “mala herencia” que le dejaron los gobiernos anteriores.
AMLO acusó directamente a sus antecesores de ser quienes crearon las bandas de la delincuencia organizada que han desatado la violencia en el país.
“Ahora nos dicen `¡Qué barbaridad, el gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios!´ Sí, pero por qué no pones la lámina de homicidios (le instruyó a su vocero Jesús Ramírez) que vean cómo nos dejaron el país, porque este es un mala herencia en seguridad, pero así nos dejaron salud, educación y así nos dejaron todo.
Asegura que no solo le heredaron problemas en seguridad, sino también en otras áreas del país, dejando incluso al “país en bancarrota“.
“El país estaba en bancarrota, el país estaba inmerso en un decadencia, ni siquiera era una crisis, era una decadencia y por eso, frente a una decadencia, lo único que debía hacerse era llevar a cabo un proceso de transformación, arrancar de raíz a la corrupción y eso no les ha gustado a los que antes se sentían los dueños de México y son los responsables de la tragedia nacional.
Enfatizó que su gobierno se ha encargado de realizar un proceso de transformación ante la herencia de pasadas administraciones, su objetivo siempre ha sido “arrancar de raíz a la corrupción”, cosa que no le agrada a los “responsables de la tragedia nacional”.
López Obrador pusó como ejemplo lo ocurrido en el gobierno de Felipe Calderón con Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, a quienes acusó de consolidarse con la impunidad.
“Deberían estar ofreciendo disculpas aquí en Tamaulipas, cuántos gobernantes mediocres, ladrones, por eso celebro que después de años los tamaulipecos, mujeres y hombres hayan decidido tener un gobernador honesto, íntegro, decente, no malandrín, para decirlo con toda claridad”.
El tema del homicidio doloso le ha costado mucho a su gobierno, pero se mostró confiado en que la delincuencia seguirá descendiendo.
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